Hombre, futbolista, y semianalfabeto. Todos los ingredientes
para un cóctel de “macho ibérico” de la España cañí, como desgraciadamente así
ha sucedido.
Nos referimos al futbolista del Betis Rubén Castro, al que
se le abre juicio por violencia de género. Para que nos entendamos, por darle
de ostias a su pareja. Esta, ha presentado en los juzgados varios partes de
lesiones contra el terrorista de género.
Como no podía ser de otro modo en Hez-pañistán, la masa
mongólica futbolera ha salido en defensa de su “ídolo”, aquel que jalen cual
Dios del Olimpo se tratase. Una jauría de futbol-talibanes, la mayoría de los
cuales comete varias faltas de ortografía cada tres palabras, dispara contra la
agredida. Se la califica de choni, de puta, de buscona, de lianta, todo con tal
de exculpar a un individuo cuyo mayor logro en esta vida es darle patadas a un
trozo de piel de vaca. El contenido clasista, puesto que un rico en esta
sociedad es inocente por naturaleza, se une en este caso al contenido de
género. La masa talibánica, forofa e irreflexiva, saca los argumentos
“estrella” de este tipo de situaciones: denuncias falsas, persecución a los
hombres, feminazismo, y demás morralla del fascismo sociológico en el que
vivimos. Es natural que una sociedad enferma desde sus cimientos, podrida,
defienda a tan nauseabundos individuos como el tal Rubén Castro. Hay incluso
lumbreras que aluden al caso como una persecución contra su club de fútbol, o
como una conspiración de gentes del otro equipo de la ciudad para perjudicarlos.
El papelito de la prensa, a cada día que pasa más
reaccionaria, también es para verlo. Hacen piña con la basura acusada,
criminalizan a la víctima y difunden lo más vomitivo del patriarcado más
rancio. Son tan cómplices de la agresión como los indocumentados que jalean al
futbolista “porque marca muchos goles”(y porque es rico). Hipócritas y fariseos
que luego se dan golpes de pecho cuando una mujer es asesinada, y ya van
decenas este año…
Como persona, siento náuseas al compartir ciudad con Rubén
Castro. Me abochorna respirar el mismo aire que este subser, que este
terrorista de género. Esta pestilente y hedionda rata debería estar condenado a
la muerte social, en una sociedad que realmente tuviera claros sus valores. Pero
claro, para muchos en esta cloaca llamada España la violencia de género se
reduce a salir un 25 de Noviembre a la calle. Rectifico, ni eso, pues
manifestarse es de “rojos” y hacerlo por el terrorismo machista es de “feminazis”.
No me sorprende ya nada en este estado reaccionario. Estamos
desde luego a la cola en lo que se refiere a desarrollo social y cultural en el
mundo. Al nivel de las ablaciones de Sudán, sólo que aquí no les cortan el clítoris
sino que les parten la cara o las matan. Esta sociedad enferma considera normal
la defensa del terrorista machista y la ridiculización de quienes luchan contra
el patriarcado. Por eso cada vez más gente quiere bajarse de este barco que se
hunde llamado España y por eso cada día más hay que estar junto a las
compañeras que luchan por un feminismo de clase.
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