martes, 30 de diciembre de 2014

Breves reflexiones sobre acosos y maltratos en el antifascismo



Que la violencia de género y las actitudes de terrorismo en la pareja son una lacra lo sabemos, ahora bien, ¿actuamos cuando conocemos uno de estos casos en nuestros ambientes? ¿Por qué se defiende al maltratador, incluso a sabiendas de que lo es, incluso por parte de la víctima? Este modesto artículo intentará poner en claro alguna de estas cuestiones.

Estudiemos al agresor. El biotipo de estos subseres es el de carroña sin escrúpulos que busca un fin determinado: conseguir meterse entre las piernas de una chica determinada sin que para ello importen los métodos o las consecuencias de sus acciones. El agresor busca satisfacer sus apetencias, y ante esto, le importa un comino hacer todo el daño que pueda, a sabiendas de que lo hace, a la otra persona. Es más, si observamos con atención al agresor veremos que encuentra placer en estas actitudes. Su libido no opera conforme a la normalidad, sino que necesita hacer daño para vigorizarse. Es una de las características del agresor.

Otra característica es que busca víctimas potencialmente débiles, el agresor calcula milimétricamente cual es el tipo de inteligencia emocional de su víctima. Decimos esto porque la base de la agresión es el dominio psicológico sobre la víctima, de ahí que los agresores midan bien cual puede ser la respuesta que reciba. Huelen a kilómetros a las chicas con problemas, a las chicas que sufren o simplemente a las víctimas que no están habituadas a este tipo de tretas. Ojo, no significa que la víctima sea idiota, sino que la inteligencia emocional, los mecanismos de autodefensa mentales hay que aprender a desarrollarlos. Como digo, los agresores buscan los blancos fáciles.

Otra característica es la capacidad del agresor para mimetizarse y empatizar con la víctima en los momentos previos a la conquista. Esto significa que el agresor no dudará en adoptar las actitudes, comportamientos y pensamientos que más concuerden con la personalidad de la víctima para así ganar su confianza. Es decir, el agresor camufla su personalidad bajo una careta, bajo un falso rostro. Por ejemplo, si la víctima es una chica con inquietudes feministas, el agresor no dudará en presentarse como el súmmum de todo feminismo, como un tío comprometido contra las actitudes sexistas, con el fin de ganar simpatías ante su víctima. Evidentemente, todo ello es cuento chino.

Una vez que el agresor consigue entrar en el círculo de confianza de la víctima, se presentará como una persona encantadora, un dechado de virtudes. Todo por un cierto tiempo, para así elaborar una mejor coartada ante la sociedad cuando despliegue sus malas artes. “Cómo va a ser un maltratador ese chico?”, ese es el efecto que buscan con estas actitudes, cubrirse las espaldas en lo que vendrá a posteriori.

Sin embargo, toda falsedad es finita. Poco a poco se va cayendo la careta. La víctima comienza a notar pequeños detalles que no cuadran con lo que le habían vendido. El agresor empieza a cuestionar, primero levemente, a la víctima. Es el primer paso de la dominación e imposición de la psique del agresor sobre la de la víctima. Sin embargo, el agresor no dará un nuevo paso en esta escalada hasta que sea consciente de la dependencia sentimental de la víctima hacia él. En este proceso, se anula la inteligencia emocional de la víctima y se la sustituye por la dependencia total hacia la persona agresora. El efecto máscara, el disfraz del agresor, va dando poco a poco sus frutos sin que la víctima sea consciente. Esta es la etapa sin duda más nauseabunda, y que nos muestra la falta de escrúpulos de los agresores: el cómo son capaces de aguantar lo que haga falta hasta saber que han conseguido sus fines, y una vez así actuar. Pura maldad.

En este ciclo, llegamos a la fase en la que el agresor comprueba que tiene la sartén por el mango. Es ahí cuando se destapa. Sabe que con la dependencia de la víctima va a tener todas las cartas a su favor. Comienzan los acosos, aquella maravillosa persona del principio de transforma en un ser despreciable que está constantemente encima de su víctima, controlando, marcando el paso, llevando a su víctima por el camino que el desea. Generalmente, y debido a la cobardía de los agresores, esto se combina con violencia física. La personalidad de la agredida puede aún reaccionar ante estos hechos, ante lo cual el agresor reacciona con violencia. Sin embargo, es tal ya la dominación psicológica por parte del maltratador que la propia víctima exculpará estos hechos. El terrorista de género ha conseguido su objetivo, anular la personalidad de su víctima.

Evidentemente esto crea una gran infelicidad a la víctima, un gran dolor, una pésima experiencia que muchas veces queda ya grabada por siempre en la personalidad de la agredida. Se traduce en crisis de ansiedad, falta de autoestima, depresión, misantropía, e incluso en los casos más graves tendencia al suicidio. La víctima sufrirá enormemente pues no ve la salida a ese pozo, puesto que su inteligencia emocional ha sido anulada y tiene dependencia de su agresor.

A esta situación, que no a los perniciosos efectos se pone fin de dos maneras: la primera, y menos frecuente es que la víctima corte por lo sano con dicha relación tóxica. La segunda, y más frecuente, es que el maltratador se canse del juego, se canse de la víctima. Una de las características de estos subseres es que buscan constantemente nuevas presas a las que hacer sufrir, como si de trofeos de caza se trataran. Por increíble que parezca, esto no es una liberación de la víctima, sino que esta misma asume e interioriza el hecho de que la culpa es de ella, que ha fallado, que no ha estado a la altura de las circunstancias. En resumen, asume la culpa y aumenta su sufrimiento.

Ya hemos hablado del agresor. Hablemos del entorno, es decir de los ambientes en los que se mueven agresor y víctima. Tenemos que tener claro que tipo de personajes son los agresores, el cómo actúan y el daño que causan. Esto implica que los entornos, y más si son entornos antifascistas, deben dar la espalda no sólo a estos comportamientos sino condenar al ostracismo social a los agresores. Si se supone que creemos en una sociedad opuesta al individualismo, donde lo importante es la comunidad, un problema de maltrato y agresión no es un caso aislado sino que es un problema comunal. Quién agrede a una miembro de esa comunidad, está agrediendo a la comunidad entera.

Y para terminar, briconsejos para las chicas. A la hora de ligar, hay que pensar más con la cabeza que con los genitales. Muchas veces, se escogen hombres dónde no se ve más allá de lo “guapo que es”, o el “cuerpo que tiene”, dejando que los instintos primarios obnubilen la razón. Amén de eso, los eslóganes tales como “lo importante es lo de dentro” o la actitud contra la cosificación de los cuerpos, contra la superficialidad, se quedan en eso, en meros eslóganes. Es por ello que muchos maltratadores consiguen reincidir, o por esto se explica que se les siga dando coba. Existen parejas o ligues que merecen la pena, tan sólo hay que ver más allá del envoltorio.

lunes, 8 de diciembre de 2014

Apartheid estético

El hombre, o la mujer, siendo seres sociales viven insertos en sociedad. A no ser que seas un anacoreta o un eremita de alguna religión, siempre tendrás cerca de ti a otras personas, las cuales poseen opiniones diversas aunque siempre dentro de lo que llamamos la ideología dominante.

Como la ideología es una forma de la superestructura de un sistema económico determinado, tendremos por tanto diferentes ideologías que se corresponden a diferentes sistemas económicos, o modos de producción. En este caso vivimos en la sociedad capitalista, e ideológicamente se nos adoctrina para perpetuar las relaciones de producción derivadas de este sistema.

Los cánones estéticos no son ajenos a la ideología, forman parte de ella. Un modo de producción basado en la individualidad y el consumo, en la propiedad privada y la cosificación de las personas dará lugar a unos cánones estéticos donde prima la visión de una persona como un producto. Es decir, este producto deberá ser bueno, perfecto, sin máculas, para que el “comprador” que acude al “mercado” lo adquiera. Incluso aunque estemos hablando de relaciones entre seres humanos.

Es por eso que el canon estético de nuestra sociedad nos muestra hombres y mujeres delgados, bellos, y todo aquel individuo que se salga de estos cánones es condenado al ostracismo social, sobra en nuestra sociedad, las personas abominarán de él o de ella únicamente por su físico no ajustado a lo que la ideología dominante nos enseña como correcto desde pequeños. Estos cánones nunca han sido los mismos, en las sociedades feudales la belleza la representaba una mujer obesa, debido a que en dicha época el papel de la mujer era únicamente el de productora de descendencia o realizadora de las tareas familiares. Y se creía que a mayor densidad corporal, mejor iban a realizar dichas tareas, hablando de una manera coloquial.

Nuestra sociedad nihilista y hedonista reproduce otro tipo de estándares de belleza. El físico, lo que es considerado como “belleza” exterior es lo que domina. En la sociedad de consumo rápido, no podía ser de otra manera. No indagamos en el interior de las personas, nos quedamos con lo que comúnmente se conoce como primera impresión, la impresión física. Cualidades como la capacidad de empatía de una persona, su desarrollo cultural, su cualidad de tener una conversación que se salga de las 200 palabras que se sueñen usar en el lenguaje común, sus gustos no convergentes con lo mainstream no son valores que importen o son considerados secundarios. O en el mayor de los casos, se ven influidos y condicionados por el canon estético. Que gran verdad es que un gordo(o gorda), un feo, o alguien que no posea lo que la sociedad determina como belleza estética verá limitadas sus interacciones sociales, especialmente en lo que a personas del sexo opuesto se refiere. Hay gente que utiliza la palabra gordofobia para referirse a ello, pero no es el único caso. Yo personalmente lo amplío a todos y todas aquellas que no cumplen los estándares: antiesteticofobia o para llamar a las cosas por su nombre, apartheid estético.

Si, mis queridos amigos, apartheid. Multitud de personas que no cumplen los cánones se ven rechazadas por la sociedad, lo que crea en ellas un sentimiento de culpa, de infelicidad, de tristeza, conlleva un autoodio al propio cuerpo. La víctima interioriza ese ceñimiento y se considera basura, se considera feo(o fea) al creer que la sociedad no la va a aceptar tal y como es al no ajustarse al canon. Hay cierta parte de verdad en estas palabras, sin embargo no es una verdad absoluta puesto que las verdades absolutas no existen, tan sólo las verdades relativas.

Existen personas que en base a una educación en otros valores, una formación y un alto sentido del compromiso de superación de los podridos cánones que esta sociedad nos inculca. Es decir, existen personas que contra los prejuicios se rebelan oponiéndose de manera radical al apartheid estético que nos quieren imponer. Esta liberación empieza por uno mismo: la autoestima es una cualidad que adquirimos una vez comprendemos que lo que está mal no son nuestros cuerpos “no estéticos”, sino que lo que está enfermo es la sociedad en su conjunto. Para quién vive inserto en la sociedad, es un proceso difícil pero no imposible. Con paciencia, dedicación y esfuerzo se consigue. Aprender a valorar las cualidades de una persona por como es por dentro y no por fuera es un proceso que conlleva la apertura de nuevos y maravillosos horizontes(Ojo!, que también puede ocurrir que determinadas personas utilicen lo antiprejuicial de boquilla y siempre se vean condicionados por lo estético al final. Pero son minoría).

En mi caso, queridos lectores y lectoras, puedo decir que vivo libre de esos prejuicios. No soy precisamente una persona que cumpla los cánones estéticos que nos imponen, ni falta que me hace. Aprendí a vivir conmigo mismo y a aceptarme tal y como soy, con los grandes defectos y escasas virtudes que tengo. El apartheid estético es incapaz de hacer mella en mí, amén de que actúo así con otras personas. Es decir, valorar las cualidades personales de alguien antes que lo físico. Es más, me atrevería a asegurar que siento una especial atracción por personas que no cumplen los cánones estéticos establecidos. Mis mejores relaciones han sido con personas de este tipo, y eso cuenta. Incluso si nos ponemos a mirar el físico, me derrito ante chicas con gafitas o pinta de “nerd”(con perdón, es una frase coloquial) las cuales no se ajustan a los cánones estéticos. Pero esto es secundario, terciario o cuaternario. Lo realmente importante es sentir que estás en comunión con alguien, que has conectado, que te sientes a gusto cada segundo con esa persona, algo que te incita a querer estar con ella a cada instante(sin agobiar,eh), aunque no cumpla los requisitos de “belleza” que nos quieren imponer. La verdadera belleza es eso que os comento, mis queridos lectores y lectoras.









martes, 2 de diciembre de 2014

Cortarle los huevos al terrorista machista



Hombre, futbolista, y semianalfabeto. Todos los ingredientes para un cóctel de “macho ibérico” de la España cañí, como desgraciadamente así ha sucedido.

Nos referimos al futbolista del Betis Rubén Castro, al que se le abre juicio por violencia de género. Para que nos entendamos, por darle de ostias a su pareja. Esta, ha presentado en los juzgados varios partes de lesiones contra el terrorista de género.

Como no podía ser de otro modo en Hez-pañistán, la masa mongólica futbolera ha salido en defensa de su “ídolo”, aquel que jalen cual Dios del Olimpo se tratase. Una jauría de futbol-talibanes, la mayoría de los cuales comete varias faltas de ortografía cada tres palabras, dispara contra la agredida. Se la califica de choni, de puta, de buscona, de lianta, todo con tal de exculpar a un individuo cuyo mayor logro en esta vida es darle patadas a un trozo de piel de vaca. El contenido clasista, puesto que un rico en esta sociedad es inocente por naturaleza, se une en este caso al contenido de género. La masa talibánica, forofa e irreflexiva, saca los argumentos “estrella” de este tipo de situaciones: denuncias falsas, persecución a los hombres, feminazismo, y demás morralla del fascismo sociológico en el que vivimos. Es natural que una sociedad enferma desde sus cimientos, podrida, defienda a tan nauseabundos individuos como el tal Rubén Castro. Hay incluso lumbreras que aluden al caso como una persecución contra su club de fútbol, o como una conspiración de gentes del otro equipo de la ciudad para perjudicarlos.

El papelito de la prensa, a cada día que pasa más reaccionaria, también es para verlo. Hacen piña con la basura acusada, criminalizan a la víctima y difunden lo más vomitivo del patriarcado más rancio. Son tan cómplices de la agresión como los indocumentados que jalean al futbolista “porque marca muchos goles”(y porque es rico). Hipócritas y fariseos que luego se dan golpes de pecho cuando una mujer es asesinada, y ya van decenas este año…

Como persona, siento náuseas al compartir ciudad con Rubén Castro. Me abochorna respirar el mismo aire que este subser, que este terrorista de género. Esta pestilente y hedionda rata debería estar condenado a la muerte social, en una sociedad que realmente tuviera claros sus valores. Pero claro, para muchos en esta cloaca llamada España la violencia de género se reduce a salir un 25 de Noviembre a la calle. Rectifico, ni eso, pues manifestarse es de “rojos” y hacerlo por el terrorismo machista es de “feminazis”.

No me sorprende ya nada en este estado reaccionario. Estamos desde luego a la cola en lo que se refiere a desarrollo social y cultural en el mundo. Al nivel de las ablaciones de Sudán, sólo que aquí no les cortan el clítoris sino que les parten la cara o las matan. Esta sociedad enferma considera normal la defensa del terrorista machista y la ridiculización de quienes luchan contra el patriarcado. Por eso cada vez más gente quiere bajarse de este barco que se hunde llamado España y por eso cada día más hay que estar junto a las compañeras que luchan por un feminismo de clase.

miércoles, 26 de noviembre de 2014

¡Extingamos a los buitres!

En la imágen, una manada de predadores carroñeros ante el perfil de una hembra en cualquier red social de nuestros días.




Antes de empezar a leer este artículo, si sois hombres debéis repetir conmigo cien veces la frase “SI UNA MUJER DICE QUE NO, ES QUE NO”.

Ahora vamos al lío. Hoy queridos lectores y lectoras hablaremos de una especie muy común en las noches españolas, bueno en las noches, en las mañanas o en las sobremesas, pero tenía que hacer el chiste con el programa de Félix Rodríguez de la Fuente. Nos referimos al buitre común, también llamado homo en celus, aunque en otras latitudes se le conoce también como baboso, lapa, etc.

En el reino animal nuestro espécimen se clasifica en la familia de los predadores, se alimenta de todo tipo de carne: alta, baja, morena, rubia, pelirroja, etc. El hábitat de caza es cualquier zona donde paren todo tipo de hembras, aunque últimamente con la evolución de la especie el buitre se ha adaptado a los medios cibernéticos.

Su modo de caza es único: el buitre acecha a la hembra hasta que esta asqueada, rendida, o agobiada termina por echarse en sus garras. El modus operandi que utiliza para cazar es acechar constantemente a su víctima, mimetizándose con el ambiente en el que se mueve su presa, siguiendo sus costumbres, estudiando los puntos débiles de la hembra para atacar allí donde sabe que serán presa fácil.

El buitre, carnívoro depredador, es capaz de transformarse en pacífico herbívoro y poner ojitos de cordero degollao para así bajar las defensas de su presa. La presa, muchas veces, cae en una especie de síndrome de Estocolmo con su predador; llegando incluso a la empatía. El cazado empieza a sentir lástima por el cazador. Generalmente el buitre ataca a las hembras más débiles de la manada: hembras que han roto hace poco con su macho, hembras con problemas, hembras de buen carácter y afabilidad, a las que consiguen engatusar hasta que consiguen su presa. No se atreven con facilidad con las hembras fuertes de la manada, saben que su sistema defensivo puede hacer mella en ellos.

El buitre, como predador, utiliza a su víctima con el propósito de satisfacer sus instintos. Una vez realizada la actividad cinegética, el buitre abandona a la intemperie a su víctima y procede a acechar a alguna otra presa. Un buitre jamás repite del mismo plato, su constitución biológica le impide el compromiso. El buitre disfruta de la emoción de la caza, pero no saborea a su presa pues necesita alimentarse una vez y otra.

La presa, cazada y humillada sufre por la situación. Son seres adorables que han tenido la desgracia de caer en las garras de un predador más experimentado y cuyos sentidos están más evolucionados para practicar la caza. Una presa en este estado necesita todo el apoyo y comprensión de las gentes que amamos la naturaleza y los animales, pues tenderá a creer que la culpa de haber sido cazada es suya. Interiorizará ese sentimiento de culpa, creerá que todos los machos de la manada se dedican al depredacionismo carroñero. Será infeliz, un macho con nocivas artes de acecho ha atacado no a ella como individua solamente, sino a su género como especie.

Como digo nosotros, especímenes sanos y libres de instintos depredadores, como iguales en la mandada que las hembras depredadas debemos apoyarlas y ayudarlas a que desarrollen el instinto de defensa para repeler a los buitres. No desde el punto de vista del macho alfa, ni como desde un punto de vista paternal, pues eso sería supremacismo del macho en la manada. Las debemos apoyar desde el punto de vista de desarrollar una manada sana, igualitaria, basada en compartir mutuamente los alimentos y desechando actitudes de depredación. Seamos pues recolectores, plantemos la semilla del amor y del respeto mutuo, las semillas de emancipación y libertad de la manada y evolucionemos como especia.

Mientras, extingamos a los buitres.

domingo, 23 de noviembre de 2014

Matanza de tortolitos



El hombre es un ser social. Asimismo el ser humano es producto de la realidad material en la que vive, es decir, es fruto de la sociedad. Muy diferentes son los tipos de seres humanos, en pensamiento y acción, de la Roma esclavista comparados con la España capitalista actual. Porque como decimos, cada hombre es fruto de la realidad que le rodea.

Igualmente, diferentes tipos de sociedad han dado lugar a diferentes tipos de construcciones sociales. El amor es una de ellas. La atracción entre dos personas, aunque tenga cierta parte biológica tiene también un marcado contenido cultural. Y ese contenido cultural viene determinado por la sociedad en la que nace. Para ponerlo más fácil, diferentes tipos de sociedad han dado lugar a diferentes formas de entender los amoríos. Por poner un ejemplo, tanto en la Grecia como en la Roma esclavistas era muy frecuente el amor entre dos personas del mismo género masculino, dejando las relaciones hombre-mujer como meras relaciones reproductivas y/o de amistad. Como vivimos en una sociedad capitalista, esta tiene sus formas propias de amor.

La más conocida es el amor romántico. Podemos definirlo como una extensión de las relaciones de propiedad burguesas al campo de las relaciones interpersonales. La pareja monógama, con vistas al matrimonio, tenía como función preservar los intereses económicos de la familia, es decir, asegurar su existencia económica y la reproducción de esta en generaciones. Como no podía ser de otra forma, al ser de origen burgués, este amor es individualista y posesivo.

Es decir, el príncipe azul de los cuentos es en realidad una transmutación del pater familias, que debe encontrar la estabilidad en su compañera para fundar su familia y transmitir su herencia biológica y económica a sus descendientes. Y aquí entra el terreno de lo cultural.

Se hacía necesaria una construcción cultural que idealizara al príncipe azul y al amor derivado de este concepto de relaciones. Así, el príncipe azul es un dechado de virtudes, una persona perfecta, nuestra media naranja, el ideal al que tenemos que aspirar para sentirnos realizados como personas. Asimismo, la bella mujer a la que aspiramos es igualmente idealizada en base a los mitos supremos de este tipo de concepción amorosa, que en realidad es una construcción cultural propia de un determinado tipo de sociedad.

Así pues, el amor ideal que nos inculcan desde pequeños, que es ideología pura, se basa en la concepción de que sólo hay felicidad en una pareja estable, con la que vamos cogidos de la mano recorriendo calles y plazas, haciéndonos carantoñas, bebiendo de la misma copa de zumo de fresa con dos pajitas, mandándonos mensajes de whatsapp diciéndonos: “ Yo te quiero…no yo más…no yo te quiero más…no yo mucho, mucho, más…”, cuando en realidad lo que estamos haciendo es reproducir una construcción cultural e ideología. Este tipo de amor es propio de una sociedad individualista.

Frente a ello, debemos desarrollar un nuevo tipo de amor. Si la colectividad es nuestro ideal, debemos crear nuevas construcciones culturales que respondan plenamente a ese ideal de colectividad. Ojo!, que esto tampoco significa follar como conejos todos con todos. La poligamia también puede tener efectos perniciosos, y tampoco estamos diciendo que la poligamia sea la meta. Estamos hablando de nuevos tipos de amor. Aquí se plantea la pregunta en base a una situación concreta: ¿qué hacer si tienes sentimientos amorosos por una persona con la que estás feliz, te llena, compartes una gran relación de amistad(entendiendo amistad por amor), cuando sientes que estas en armonía con esa persona pero a la misma vez sientes una irrefrenable atracción física por otra persona? La nueva concepción del amor como algo no posesivo, nos da la solución a este y otros problemas. Ideológicamente la sociedad burguesa nos dice que eso de compartir el corazón del ser amado es una aberración, pecado, mar de cuernos. Eso es consecuencia del amor romántico. Nosotros decimos lo contrario.

Eso sí, mis queridos lectores, vuelvo a repetir que no estamos haciendo apología de la promiscuidad, pues también existe la libre elección de monogamia y una única pareja. De lo que se trata es de ENTENDER y NORMALIZAR las relaciones amorosas basadas en la colectividad, de que no es algo que suena a chino sino que debería ser jodidamente normal el decantarse por este tipo de relaciones. De lo que se trata es de romper las barreras del amor romántico y comprender que hay vida más allá de él. Indignarse por que una persona escoja multiplicidad amorosa es simplemente indignación moral procedente de la ideología burguesa.

De lo que se trata, es que el nuevo tipo de amor no tiene unas fronteras fijas. Cabe tanto la pareja estable como las relaciones esporádicas o entre varias personas. No hay límites fijos. Podemos optar por lo que deseemos y todo será correcto. Podemos darnos piquitos las 24 horas del día con una misma persona, pasteleando a tope con la Cope, o tener varias parejas que cubran nuestras necesidades. Ya queda a gusto de cada pareja la elección. Como vengo repitiendo, de lo que se trata es de que no sea el amor romántico la meta, sino una opción más y despojar a las restantes opciones de los prejuicios que llevan aparejados en la sociedad burguesa. Podemos compartir lecho con una única persona o fornicar como si no hubiese un mañana con quién queramos.

Esta comprensión del nuevo amor nos llevará a vivir con más felicidad y plenitud nuestras relaciones amorosas. Estas nuevas relaciones ya no son entre dos tortolitos y el mundo que se pare, como se suele decir, sino que precisamente los dos pastelosos se enmarcan dentro de una colectividad. Porque precisamente en la nueva sociedad seremos parte de esa colectividad, de la que no podemos aislarnos.

El nuevo amor significa igualdad entre sexos, no exclusividad de la pertenencia del corazón de la amada, en palabras de la Kollontai se resume en:

“Si conseguimos que de las relaciones de amor desaparezca el ciego, el absorbente y exigente sentimiento pasional; si desaparece también el sentimiento de propiedad, lo mismo que el deseo egoísta de «unirse para siempre al ser amado»; si logramos que desaparezca la fatalidad del hombre y que la mujer no renuncie criminalmente a su «yo», no cabe duda que la desaparición de todos estos sentimientos hará que se desarrollen otros preciosos elementos para el amor. Así se desarrollará y aumentará el respeto hacia la personalidad de otro, lo mismo que se perfeccionará el arte de contar con los derechos de los demás; se educará la sensibilidad recíproca y se desarrollará enormemente la tendencia de manifestar el amor no solamente con besos y abrazos, sino también con una unidad de acción y de voluntad en la creación común.”

sábado, 22 de noviembre de 2014

Como superar una ruptura sentimental



Queridas lectoras y lectores, hoy tocamos un tema de gran importancia porque es algo que se repite en algún momento de nuestras vidas. Me refiero a las rupturas de pareja(parejas estables, rollos, líos, etc). En mis briconsejos de hoy, aprenderemos como afrontar de manera óptima estas rupturas y cómo sacar algo positivo de lo negativo.

En primer lugar, y antes de la ruptura, cuando estemos con la persona que queremos tenemos que desechar pensamientos del tipo “el amor es para siempre”, pues muchas veces toda relación tiene fecha de caducidad. Tampoco es un drama que una relación termine, así que debéis eliminar todo tipo postureo drama queen de vuestra forma de actuar. Lo principal es eliminar todo pensamiento sobre el futuro de la relación, y vivir y a provechar cada momento, cada segundo, no con la cabeza en el futuro sino disfrutando el presente. Esto hará que cada momento presente con vuestra pareja cobre gran importancia, y ellas(o ellos) se dan cuenta de esto, así que vuestra relación se fortalece, se hace más sana y se disfruta mejor.

Bueno, y llegado el momento en que se acabe la cosa, no haya más amor, u os mande a la venta el n… ¿qué debemos hacer? Ante todo afrontar los problemas, apechugar, plantar cara a la vida. Esto es algo que debéis hacer siempre ante todas las circunstancias adversas, pues os ayuda a fortaleceros como sujetos. La fuerza de voluntad es una de las mas poderosas armas del hombre o la mujer. Nada de paños de lágrimas o recrearos en el dolor, la frase que debe estar constantemente rondando vuestras cabecitas es “no pain, no gain”( sin dolor no hay ganancia). Una vez que vuestra personalidad se hace fuerte y se acostumbra a soportar y encarar el dolor y la adversidad, una ruptura sentimental es bastante asequible superarla.

Además de eso, debéis reflexionar y hacer autocrítica con el fin de encontrar los errores que tuvisteis en la relación finalizada. Nada de echar las culpas a la otra persona, o de descargar en ella las frustraciones. A pesar de que creáis que estáis libres de fallos, o que todo se debió vuestra pareja, lo que tenéis que hacer es apartar ese tipo de pensamientos. Aunque tengáis razón. Debéis comprender vuestros fallos con el fin de eliminarlos y que no se vuelvan a repetir. Ojo!, sin obsesiones, fríamente y desde el punto de vista más objetivo posible. Esto os ayudará muchísimo en vuestra próxima relación.

Importantísimo es también el saber que cuando una relación se acaba, pues se acaba. Y que un NO es un NO. La actitud a adoptar es la de acatar esta nueva situación, que la persona que compartió vida con vosotros ya no forma parte de esa vida. Nada de stalkear en redes sociales, preguntar de estranjis a amigos comunes por ella, de obsesionaros con su existencia. En una palabra, nada de acoso. Aceptar las cosas y punto. Quizás penséis que las cosas puedan volver a su cauce, porque a veces ocurre que retomamos relaciones, pero eso es una cosa que se va a producir si tiene que producirse. No se puede buscar ni forzar porque entonces es contraproducente. Agobiáis a la otra persona. Lo que tenga que ser llegará, si es que realmente existe un poso de amor o atracción aún. Sin embargo, mentalizados en que ya acabo que es lo lógico, todo lo que llegue os sorprenderá más.

Y llegamos al final de estos breves consejos, llegamos a la que quizá sea la parte más importante. Aquí expondré mi experiencia vital y personal. Y es que lo principal es saber que el mundo está lleno de mujeres maravillosas. Que no se acaba el mundo porque una relación termine, pues en dicho mundo hay mujeres que seguramente valen tanto o más que la persona con la que habéis terminado. Lo principal es no enclaustrarse, salir a tope con la Cope y conocer al mayor número posible de nuevas personas. Entre ellas, seguro que conocéis a alguien que os sorprenderá, y os hará pensar “¿dónde has estado tú todo este tiempo?”. Es ley de vida, algo científico.

En mi caso, acumulé desastres sentimentales este último año. A principios de este año estaba hecho una piltrafa humana, más acabado que la carrera cinematográfica de Jorge Sanz, sin embargo saqué fuerzas de flaqueza para remontar la situación. Cuando yo había perdido la fe en encontrar nuevas chicas que merecieran la pena, la realidad se encargó de refutarme. Y es que en un breve período de tiempo he conocido a un montón de chicas estupendas, sin ningún género de dudas mucho mejor que lo que tenía antes. Ojo!, no me refiero a chicas como pareja, porque también puede uno tener amigas. Me resulta grotesco aquella gente que ve a las mujeres como unas piernas donde meterse. Me repugna. Y así he hecho nuevas conocidas, colegas, amigas, etc. Incluso vuelves a sentir algo por alguien, aunque en mi caso es secretito porque con esta cara no se puede ir ni al carnaval, cosa que tampoco importa mientras haya cerveza, fiesta y buena compañía. O un buen libro.

Así que ya sabéis mangurrianes, si yo he superado estos problemas, todo el mundo puede.

miércoles, 19 de noviembre de 2014

Reflexiones personales sobre la inmadurez sexo-afectiva



Esperpento es la única palabra que puedo usar para calificar al último reality show que tenemos la desgracia de contemplar en las pantallas de nuestras televisiones. Bueno, matizaré que desgracia la tendrá el que lo vea, pues personalmente he de decir que no tengo siquiera enchufada la televisión. Es decir, mis horas ante la pequeña pantalla diarias se reducen a cero.

Sin embargo, no he podido dejar se sentir vergüenza ajena y estupor al contemplar clips vía internet de un determinado programa llamado “Adán y Eva”. ¿Qué es lo que diferencia a este programa de otros circos de tronistas? Pues nada más y nada menos que los concursantes aparecen sin ropa, desnudos, realizando sus correrías por una isla paradisíaca.

Mientras leéis esto pensaréis que tengo un punto de vista muy retrógrado. Nada más lejos de la realidad, en verdad me quejo de todo lo contrario. Me quejo de la inmadurez social en cuestión de relaciones sexuales y todo lo que tenga que ver con desnudos o erotismo. Y utilizo esa palabra puesto que este programa busca un “target” muy concreto: el morbo por la aparición de personas desnudas. Circunstancia que dicho sea de paso, les da importantes audiencias.

Como ya he dicho, esto es síntoma de inmadurez sexual. Incluso en una sociedad que se dice avanzada y “liberada” no estamos faltos de prejuicios en lo que al sexo se refiere, y seguimos en los mismos tabús, clichés y pantomimas que en la época del destape cuyos máximos exponentes fueron los filmes de Pajares y Esteso.

En vez de vivir la sexualidad con naturalidad, en vez de aceptar como algo normal, natural e incluso sano el sexo, el erotismo y las relaciones interpersonales, buscamos el morbo, la carnaza, cual jauría de leones hambrientos del Serengueti devorando a una cebra.

A día de hoy que un hombre y una mujer tengan relaciones sexuales no debería tener mayor importancia que la que le damos al respirar, al comer, al dormir, etc. Es algo tan podidamente natural que alucino cuando la sociedad se escandaliza por este tipo de temas. E ídem cuando cual perros babosos, hordas de palilleros se plantan ante la televisión para contemplar a las mujeres del susodicho programa. O babosas, que también las hay.

Personalmente, para mí el sexo es algo natural pero no banal. Lo contemplo como la realización física de una atracción, de un sentimiento entre dos personas. A día de hoy soy incapaz de follar con alguien si no me gusta, no porque niegue el sexo sin compromiso en sí sino porque en mi libre elección escojo buscar algo más que el mero sexo. Actualmente sería incapaz de mantener una relación sexual con alguien por la que no sienta nada, que me guste un mínimo; ojo, lo cual no implica un enamoramiento ciego, ni amor romántico, sino lo que nos referimos con “feeling”.

Asimismo, el tener sexo con una persona que te atrae tampoco implica que busques una relación de pareja per se, aunque claro está, prefiero las cosas serias ya que estoy algo mayorcito para jugar. En este sentido, puedes mantener relaciones sexuales con alguien que te gusta y que a la misma vez no sea tu pareja formal. Ya es libre decisión de ambos el elegir en que tipo de historia va a finalizar su relación sexual, ya sea pasando a niveles más elevados o dejando las cosas tal y como surgieron.

A lo que me refiero no es a negar el sexo esporádico, sino a negarlo con la primera que pase. Y es que, llamadme raro, pero generalmente no suelo sentir atracción por personas físicamente atractivas. Aunque lo que voy a decir suene a tópico, busco otras cosas en una mujer. Lo principal es que me sienta a gusto con ella. Es impagable encontrar a una chica que llene tu vida, y con la que la mayoría sean buenos momentos. La sensación de vivir un momento agradable constante no está pagada con dinero.

Cosa también muy importantes es que la chica tenga cerebro y ciertas inquietudes. Porque me pongo a pensar y digo, ¿Qué hago yo hablando con una tía cuya conversación gire en torno al último y más mainstream modelito del Bershka? No, gracias. Prefiero otro tipo de chicas, aunque físicamente sean normales.

Mi canon de belleza femenina se resume en una chica con sentido del humor, conversación agradable, compromiso político(o visos de adquirirlo), con cierto nivel cultural(ojo, cultural y con estudios no es lo mismo), humildad, con sentido del humor y que a ser posible guste de la cerveza. Ya puede ser una chica no muy agraciada físicamente que a mí me tiene ganado con esas premisas.

Afortunadamente puedo decir, sin querer colgarme medallitas por ello, que vivo libre de los prejuicios sexo-afectivos hacia el sexo opuesto y que por ello disfruto más tanto de mis relaciones sexuales como de mis relaciones afectivas. Aunque el número de ellas sea realmente bajo, es lo que tiene tener una cara cruce de orco de Mordor y bicharraco de Alien(*Nota de Autor: no lo digo por dar pena, sino aunque es cierto pone una nota cómica)


lunes, 10 de noviembre de 2014

Escuadrón de cornudos(consejos sobre la CELOTIPIA)




Muy buenas, mis queridos y queridas lectores y lectoras.

En mis briconsejos de hoy, analizaremos el caso de qué es la celotipia, que efectos perniciosos tiene en nuestras relaciones y cómo podemos combatir este tipo de actitudes y mantener una relación normal con nuestra pareja y/o con nuestro lío, rollo, poliamor, etc.

Ante todo mangurrianes, conviene tener claro que la celotipia es un exceso de celos que se convierte en un trastorno psicológico. Si ya de por si es malo y patriarcal el ser celoso, pues imaginaos el percal que se nos presenta en un caso de celotipia.

SÍNTOMA 1 ANSIEDAD: Y ahora vamos a explicar más los síntomas de dicho trastorno. Ante todo la ansiedad ante la persona amada, un constante sin vivir, una constante preocupación por la persona que llena nuestro corazón. Esta obsesión es como una bola de nieve, que va haciéndose cada vez más grande y más grande, hasta que nos lleva a los consabidos ataques de ansiedad.

REMEDIO DEL DR. AMOR: Queridos amigos, para evitar este síntoma debéis dejar de ver las relaciones amorosas como posesivas. Mentalizaos en que por mucho que una persona comparta la vida con vosotros, no es una propiedad sino un individuo independiente. Cuando notéis los primeros síntomas hablad con vuestra pareja, la comunicación es muy importante para superar estas primeras fases. Si ya estamos en una fase muy avanzada, lo mejor que podéis hacer es dejar de molestar a esa persona y concentrar vuestra atención en otro interés: anda que no hay en el mundo cosas que ocupen vuestra atención, desde cursos de idioma suajili a sudokus en números romanos. Las técnicas de relajación también surten gran efecto, y si sabéis dominar vuestros chakras también os será de gran ayuda a la hora de mantener relaciones sexuales.

SÍNTOMA 2 CONTROL OBSESIVO:

Aquí se dan numerosos casos que muchas veces resultan inverosímiles. Querréis saber en todo momento qué es lo que hace vuestra pareja y porqué, cuando entra, cuando sale, etc. El caso más común en nuestros tiempos es el control de las horas de conexión al Whatsapp y las redes sociales. También puede ser muy normal que sigáis a vuestra pareja en los momentos en que no está con vosotros, cual 007 de la vida. Esta fase se internaza con la primera, y la sensación de pérdida de control aumentará vuestra ansiedad. Volvemos a la bola de nieve.

REMEDIO DEL DR.AMOR:

Esta fase requiere una gran mentalización. Debéis fortalecer vuestra mente cual monje tibetano. Lo que os debéis de grabar a fuego en vuestras cabecitas es la frase “no miraré sus redes sociales”, “no controlaré su whatsapp”, “dejaré que viva su vida”. Si aún así sois débiles cual corderillos recién nacidos, buscad a una persona que os ayude. En el sentido de que os quite el móvil o el ordenador para cortar de raíz los síntomas de la sensación de falta de control.

SÍNTOMA 3: DECAIMIENTO

Todo celoso compulsivo se siente una mierda y tiene la autoestima a un nivel bajísimo. Os sentiréis hundidos en el fango, os sentiréis cual excremento de rata recién defecado. Os empezaréis a alejar de vuestro círculo de amigos, empezaréis a no salir, la apatía dominará vuestras vidas hasta el punto de llegar a pensar en la autoextinción personal. Nada de lo que empecéis tendréis voluntad de acabarlo. Vais a ser como los zombies de Walking Dead sólo que sin el maquillaje.

REMEDIO DEL DR.AMOR:

Debéis hacer todo lo contrario a como os sentís. Si no queréis salir, debéis procurar estar todo el día en la calle. Si no queréis acabar algo, pues os mentalizáis de que lo vais a acabar “por cojones”(u ovarios). Nada de aislarse, debéis ser más extrovertidos que nunca y procurar rodearos de cuanta más gente mejor, y cuanto más buenrrollista sea esa gente pues muchísimo mejor.

SÍNTOMA 4 PEGADOS COMO UNA LAPA

Un celotípico necesita estar las 24 horas junto a su pareja. Con que le falte cinco minutos ya circulan las más hilarantes paranoias por su cabecita. Vamos, es que hasta cuando vuestra pareja va al servicio os parece que secretamente está intercambiando mensajería con el amante imaginario.

REMEDIO DEL DR.AMOR:

Mis queridos amigos, debéis mentalizaros de que la persona con la que estáis no tiene la obligación de estar las 24 horas a vuestro cuidado. Podrá hacerlo voluntariamente, o podrá no hacerlo. Debéis ser conscientes de que esta es una actitud muy egoísta, porque estáis monopolizando la relación. Una relación es cosa de dos, no es algo para servir a vuestros intereses sino un proyecto común. Invadiendo de ese modo el espacio de vuestra pareja lo único que conseguís es alejarla aún más, pues crea sentimientos de insatisfacción al ver que haga lo que haga no consigue llevar la relación a un punto normal. Dejadle su espacio personal, y dejaros de hegemonizar las relaciones.

SÍNTOMA 5 SÍNDROME DEL TORO DE OSBORNE

Notaréis mucho peso en la cabeza. Tendréis la sensación constante de que os adornan. Si vuestra pareja va a comprar al Mercadona, estaréis seguros de que tiene un lío con el cajero, con el de la charcutería y con el de la panadería. Incluso pensaréis que tiene algo con la chica de la pescadería ya que se habrá hecho lesbiana según vosotros.
Cuando estéis en un bar, estaréis pendientes de las miradas. Un cruce casual significará para vosotros que vuestra pareja está buscando carne fresca. Sacaréis pecho cuando estéis en grupo con más colega ante los otros tíos, como diciendo aquí estoy yo y haciendo un marcaje que ni Beckenbauer en sus mejores tiempos.

REMEDIO DEL DR.AMOR Y REFLEXIÓN FINAL:

Esta cuernopsicosis no es más que el reflejo de la concepción de una relación amorosa como algo posesivo. Cuando seamos capaces de darnos cuenta de que una persona está con nosotros por voluntad propia, por decisión libre y que tal como ha llegado a nuestra vida puede decidir libremente abandonarla, habremos ganado mucho.
Tenemos que tener claro, desmitificando el amor romántico, que cuando una relación se termina, es que se termina. Que un no significa no. Debemos considerar las cosas desde el punto de vista de que el mundo no se acaba por la falta de amor, que nosotros como individuos también valemos y podemos aportar muchas cosas a la sociedad. Necesitamos ser conscientes de que esas pasiones para toda la vida sólo existen en los libros, debemos aprender a respetar las decisiones de nuestra pareja aunque sean contrarias a nuestros intereses.

Todo ello nos llevará a unas relaciones más libres y sanas y a disfrutar más del amor. Hacedme caso, seguid mis indicaciones y llegaréis a ese amor fuerte, maduro y libre, que os reconfortará grandemente.

Se despide vuestro amigo el Dr.Amor, soltero y sin compromiso, pero que de estos temas sabe tela ;)




lunes, 3 de noviembre de 2014

Machismo, sexismo y redes sociales



Os escribo con una sensación de mala ostia, cabreo y ascopena como no os podéis ni imaginar. Os comento, ahora que están tan de moda las redes sociales de contactos(vamos, las de ligoteo de toda la vida) decidí realizar un experimento.

Ayer, conversando con una chica que estaba en contra de tales redes sociales, me decanté por ver los toros desde el otro lado de la barrera; es decir, registrarme como chica para comprobar si realmente era cierto todo lo que la chica decía sobre esas redes sociales.

Como siempre la realidad siempre supera las más terribles historias. ¿Qué decir? Pues imaginaos. En cuatro minutos desde mi registro como hembra ficticia una manada de babosos y palilleros invadieron mi perfil con visitas y solicitudes de ligoteo. ¡Y eso que aún no había completado el perfil troll siquiera!

Por no hablar de la cascada de mensajes que recibí en el correo privado de dicha aplicación. Y oíd, no todos eran garrulos. También teníamos al típico buitre que se las da de feminista para arrimar la cebolleta. Cuan estupefacto me quedé cuando comprobé que incluso los tíos que mi perfil cibernético falso rechazaba volvían a la carga una y otra vez, llegando al acoso directo constante.

Dudo mucho siquiera que alguno de esos hombres hubiese leído lo más mínimo la descripción de mi perfil. Como avatar puse la foto de una chica bastante atractiva, a los hombres que entraban les era imposible literalmente interesarse por algo más que esa foto. ¡Si sólo entraban y a las décimas de segundo mandaban la solicitud de ligoteo! Me sentí como un objeto, como carne, como una cebra del Serengueti siendo observada por una manada de leones famélicos… Muy triste todo.

Siempre he tenido convicciones feministas de clase, pero es que comprobarlo en la propia piel clama al cielo. ¡Y lo peor es que muchas chicas se prestaban al aquelarre cárnico! Entiendo que una red social de contactos pueda tener cierta tendencia a las relaciones únicamente sexuales, pero por Dios, ¡ aquí estamos hablando de que únicamente iban a lo que iban! Hay redes en que conoces gente con tus mismos gustos, aficiones, creas empatía, y conversas con otra gente(chicos o chicas) sin tener que el sexo como única finalidad. Dudo mucho que dados los mensajes que recibí, hubiese algún Casanova interesado en mantener una charla sobre Benedetti conmigo. Nauseabundo.

Como nauseabundo me parece que haya gente que niegue la opresión de género. Seguro que muchos de estos hotentotes son los típicos especímenes que niegan el terrorismo machista, las agresiones, el acoso, etc. Hay que darle la razón a las compañeras y camaradas en este tema, y el mejor ejemplo para concienciarse(aún más) son estos ejercicios de empatía. Aunque acabes asqueado con el mundo.Vomitivo todo.

jueves, 30 de octubre de 2014

Sexo, celos y promiscuidad

La ideología es el falso reflejo del mundo en la mente de los hombres, o mujeres. Las relaciones sexuales, como van más allá del mero acto carnal entran también dentro de la tipificación de ideología.

Es decir, cada persona ante las relaciones sexuales tiene una diferente posición, un diferente pensamiento derivado de la realidad material que la rodea. Esa realidad es la educación, la cultura, etc, todo lo que emana de una determinada sociedad y desde pequeñito se te va introduciendo en la psique.

Diferentes realidades materiales, según lo anteriormente mencionado, dan lugar a diferentes formas de pensar. Las relaciones sexuales, y cómo las caracterizamos o qué pensamos sobre ellas no escapan a esto.
Para no perderme en embrollos teóricos, que podría pero no lo haré, me limitaré a dar mi punto de vista sobre las relaciones sexuales, por si esto contribuyese a que los y las lectoras disfrutasen y normalizasen sus relaciones.

En primer lugar tenemos que tener claro que una relación sexual es una relación interpersonal. Esto que parece una tautología, de Perogrullo es el quid de la cuestión y pese a ser lo más simple de entender, es lo más complicado de asimilar. Es decir, las relaciones sexuales son cosa de dos. Partimos de esa base.

Si las relaciones sexuales son cosa de dos, significa que dos personas intervienen en ellas. Por tanto, lo que debemos tener siempre claro es que debemos contar con la opinión de esa otra persona. El sexo normalizado debe de basarse en un mutuo acuerdo entre los participantes. Por eso fundamental recabar la opinión de nuestra pareja antes de comenzar el acto sexual.(*con pareja nos referimos a partir de ahora a quién comparte la relación sexual, no a una relación afectiva).

Un gran error, bastante más pronunciado en el género masculino es el pensar que “el partido” lo juega sólo uno. Esto se traduce en una insatisfacción sexual de la compañera, pues su opinión no ha sido tenida en cuenta, lo cual conlleva su insatisfacción. Este carácter dominante debemos erradicarlo en nosotros mismos si queremos disfrutar en buena medida del sexo. Aunque parezca lo contrario, buscar uno mismo el placer propio sin tener en cuenta la opinión de la otra persona merma la experiencia placentera.

El segundo error es ver las relaciones sexuales, y en esto lo ampliamos a las relaciones afectivas, desde un punto de vista posesivo. Aquí entra de lleno el tema de la promiscuidad y de los celos.

Debemos pensar siempre, que como las relaciones son cosa de dos, también va a ser de dos la decisión acerca de que tipo de relación vamos a tener. Es posible que acordemos una relación monógama en la que nuestra única compañera sexual y afectiva va a ser una determinada persona. En este caso, la fidelidad es una elección voluntaria y libre, y no una imposición.

Existe también el caso en que nuestra relación sexual sea cosa de una sola noche, o que no conlleve una extensión a lo afectivo. En este caso la pareja decide que su relación sexual acaba y comienza con la cita de esa misma noche. Teniendo en cuenta que las mujeres no son posesiones, por mucho que hayamos “triunfado” esa noche no tenemos ni un pero que poner a la vida futura de la persona con la que compartimos lecho. Semejante punto de vista lleva a algo que debemos evitar siempre: los celos. Más tarde nos explayaremos un poco más sobre ese tema.

En tercer lugar existen las relaciones de amor libre. Son cuando dos personas acuerdan cada uno tener más relaciones sexo-afectivas a la vez. Es libre elección de ambas personas, y conlleva una ausencia total de conceptos posesivos y/o celos. Nuestra pareja puede acostarse con otros hombres y nosotros ídem.

Sobre la cuestión de los celos, hemos de autoeducarnos para librarnos de tan espantoso concepto. Desde el primer momento en que comprendamos que el amor es cosa de dos, de personas libres, que es algo colectivo, daremos un paso de gigante para eliminar los celos. La cosificación del amor, la sensación de propiedad sobre la persona amada son cosas que debemos de evitar. Ahora bien, esto no excluye que una pareja escoja una relación basada en la monogamia y la fidelidad, una relación únicamente de dos. Pero lo escogemos desde nuestra libertad y con la aquiescencia de nuestra pareja.

Mi postura personal:

Dentro del tipo de relaciones que prefiero, se encuentran las monógamas basadas en un afecto común, en el amor. Esto no excluye a las otras dos opciones, pues todo está basado en la elección común entre dos personas. Si amo a una persona, tengo que respetar su elección. Esto se consigue liberando la mente y autoeducándonos, como dije anteriormente. Y cuesta, porque todos hemos crecido en una sociedad en la que una chica que mantiene relaciones sexuales con asiduidad con muchos hombres es una “zorra”. Cuesta despojarse de ese tipo de opiniones, pero al conseguirlo disfrutamos mucho más de las experiencias interpersonales. Yo no considero zorras a las chicas promiscuas, ni las rechazo. Es que mi opinión es irrelevante, pues ellas son las que eligen. Lo mismo para con las que eligen la monogamia.

En resumen, liberaos de prejuicios y disfrutad de vuestras relaciones sexuales.

domingo, 26 de octubre de 2014

Derrich Harriott "Walk the streets"

ESPERPÉNTICA ENDOGAMIA O EL FETICHISMO DEL CHELSEA




ESPERPÉNTICA ENDOGAMIA, O EL FETICHISMO DEL CHELSEA


No hay nada más absurdo que un grupo endogámico. Si extrapolamos esto al mundo de las subculturas juveniles(o tribus urbanas, que suena más mainstream a los oídos del vulgo) se convierte en un auténtico disparate, en una ópera bufa, en un esperpento valleinclaniano.

Vaya por delante que me identifico desde hace años, da igual los que sean pues no es cuestión de ponerse medallas ni de aumentar el ego, con una determinada cultura urbana. Vamos a decirlo, con los skinheads. Por tanto desde la modestia me vais a permitir expresar mi opinión.

Hace ya tiempo que me dejé de etiquetas, quizá cuando era un chavalito imberbe tuviese una época en la que se me subieron los humos a la cabeza, pero la edad, como el buen vino, mejora. En este caso, me da una experiencia y me permite ver las cosas con una cierta perspectiva.

He de reconocer que hubo épocas en que yo mismamente caí en lo que vengo a criticar, que no es otra cosa que el fetichismo del Chelsea. Tan rimbombante nombre que me acabo de sacar de la manga es la tendencia endogámica de muchos skinheads a fijarse, ligar y/o copular únicamente, o preferentemente, con mujeres que porten un determinado corte de pelo; en este caso el peinado Chelsea.

Cierto es que esto se observa en muchas culturas urbanas, mas al ser la escena skin algo tan reducido pues es más notorio. No lo entiendo, no me cabe en la cabeza, a día de hoy. Es absurdo y reduccionista.

Personalmente me defino heterosexual, hablando de una manera clara me gustan las mujeres. No confundir tampoco con relaciones posesivas, ni excluir encuentros amorosos o sexuales esporádicos y sin compromiso. Simplemente cada uno tiene preferencias, pero son inclusivas.



Por eso no entiendo como exista gente, y haberla hayla como las meigas, que desprecie al bello género femenino en base el corte de pelo que lleven o a la tendencia con la que se identifiquen. Eso es fetichismo, eso no es amar a una persona sino a una imagen, a un ideal.

Aquí voy a incluir mi experiencia vital. Las peores tías que he conocido o con las que he estado han sido skingirls. Asimismo mis mejores momentos o relaciones han sido con chicas sin cierto corte de pelo con patillas y rapado. Eso tampoco quiere decir nada, simple y llanamente significa que no me cierro a una determinada opción y que en la variedad está el gusto. No voy a imponer mi estilo a la persona con la que comparta relación o meros ratos de cama sin compromiso. Eso es cuestión suya, le incumbe a ella(o a ellas).

Tampoco haré un ejercicio de cinismo e hipocresía: me gusta el Chelsea. Me parece un peinado de gran belleza, con el que estéticamente hay mujeres que ganan mucho. Pero una cosa es un determinado gusto, una determinada tendencia a considerarlo bello y otra muy diferente es excluir a aquellas chicas que no cumplan esos cánones estéticos.

Resumiendo, que os dediquéis a conocer a todo tipo de chicas, ya sean skingirls, modettes, flamenquitas, hipsters, modernillas, emos, góticas, punks, etc, y juzgadlas en base a sus cualidades y calidades humanas y no por la estética que porten. Creedme que será lo mejor, pues de la misma manera que hay chelseas que son basura hay tías fenomenales con otras estéticas.

Ahora bien, cosa distinta es que encontréis una pareja con Chelsea, o que vuestra pareja o amiga decida libremente cortarse el pelo de esa forma. Entonces sí, la cosa cambia, siempre y cuando no os ciegue una determinada estética.

Hasta aquí la reflexión personal de este fin de semana.

POSDATA: ESTE ARTÍCULO ES UNISEX. CAMBIE CHELSEA POR SKIN TATUADO CON BOTAS POR LAS RODILLAS Y CARA DE MACARRA FORZADA, TAMBIÉN VALE PARA LAS CHICAS.

Crítica de la novela "Las uvas de la ira"

Crítica de la novela "Las uvas de la ira"
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Este análisis de la novela no se centrará en una sinopsis de la trama de la obra, sino en una reflexión acerca del principal argumento de dicha novela: la proletarización de una familia de pequeños productores norteamericanos de finales de los años 30. Es en esta época cuando el capitalismo norteamericano se desarrolla hasta su máximo estadío, alcanzando la fase imperialista.

Esta fase se caracteriza por la fusión de la industria y la banca, resultando de todo ello la aparición del capital financiero. En la concurrencia al mercado, la libre competencia se elimina y la pequeña producción tiende a desaparecer incapaz de competir con los precios y condiciones de los grandes propietarios(monopolios). Esa es la trama central subyacente en la novela: la agonía del pequeño productor y su paso al campo de los trabajadores asalariados, dada la imposibilidad de vencer al capital financiero.

Sin embargo, dentro de las subtramas del libro encontramos otras de rabiosa actualidad. Llama la atención por lo cercano el tema de la xenofobia y el trato al extranjero(a pesar de que en este caso se trata de personas de un mismo Estado federal). Los pequeños propietarios autóctonos temían a los recién llegados, inmigrantes, por la posibilidad que tenían de organizarse y dar al traste con el sistema imperante. Es decir: temían la conciencia de clase y la posibilidad de que ello derivase en revolución. Asimismo los trabajadores locales temían la llegada de competencia a sus puestos de trabajo, con el consabido descenso de los salarios que forzosamente conlleva un aumento significativo de la oferta de mano de obra. Podemos obtener la conclusión de que se trata de una sociedad cobarde, la cual carga las culpas de la problemática social en los eslabones más débiles de la cadena como son los inmigrantes, ante la impotencia y la incapacidad de plantar cara a quienes realmente lo merecen: los poderosos, el capital financiero. Esta cobardía lleva finalmente a la reacción, como observamos con las patrullas ciudadanas, o la complicidad de las fuerzas represivas del Estado con el capital financiero.

Por otro lado la subtrama familiar es un fuego de artificio que tienen como misión únicamente en crear empatía entre el lector y los personajes, con el fin de humanizar las consecuencias del dominio del capital financiero al ver la situación reflejada en una familia de la gente común. Como elemento agitativo cumple de sobras su función, dándonos cuenta de los perniciosos efectos que un modo de producción irracional tiene entre las masas trabajadoras. Y es que más allá de los fríos números, de la estadística, se encuentran personas y relaciones sociales con toda su crudeza: inanición y muerte infantil, hambre, desempleo, insolidaridad, etc.
Quizá un lector reaccionario pueda acusar al autor de panfletarismo, sin embargo la realidad es que Steinbeck como corresponsal de prensa conoció de primera mano casos como los que narra en su obra. Es más, me atrevería a decir que dichos casos están en cierto modo suavizados, puesto que si a la novela ya le costó censuras tal y como es, ¿Qué no hubiésemos visto si aumentase en proporción su crudeza?

Llama la atención también el odio de clase y la reacción típica de la burguesía contra todo aquel que osase criticar su sistema. Cualquiera que estuviese en contra de los salarios de hambre, incluso que pidiese una mísera migaja como es el agua caliente era tachado ipso facto de agitador, de rojo, de bolchevique, etc. conllevando todo ello la persecución social o incluso el asesinato por motivos políticos, como ocurre con un personaje central de la novela.

También podemos notar cierto punto de anticlericalismo, con toda la razón dicho sea de paso. La sociedad sureña norteamericana era de raíces profundamente cristianas, cosa que observamos en el personaje del Predicador. Este rol de la novela evoluciona desde un agnosticismo y desencanto profundos con el ideal cristiano hasta la plena identificación con las luchas sociales de los trabajadores. Es un elemento crucial en la novela, de gran importancia para entender la filosofía inherente a la misma. Tengo que subrayar que en la adaptación cinematográfica realizada por el reaccionario John Ford este personaje vital es presentado de forma cómica, llevando el estigma del típico secundario gracioso. Por consiguiente podemos deducir que los estudios de Hollywood, propiedad de los grandes bancos, quisieron reconducir una novela de temática social, de rabiosa denuncia, en un mero divertimento lacrimógeno. Y es que larga es la mano de la censura, cuando atentan contra los intereses de clase.

En resumen, es una novela muy recomendable que sin llegar a los niveles del realismo socialista, si que es un buen acicate para darnos cuenta de que en sociedades desarrolladas existe una parte muy importante de desposeídos, de parias, de desarrapados que ni siquiera llegan a la categoría de ciudadanos, amén de la simbiosis entre capital, banca y poder.